Sábado 04.05.19
Proverbios 26.4 “Nunca respondas al
necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él”.
Cuando surge un conflicto, normalmente quieres defender tu posición. Tal
vez, incluso, te sientas con el derecho de culpar a otros. Sin embargo, Santiago 1.19 da un consejo para manejar la tensión y controversias: “Todo hombre
sea pronto para oír, tardo para hablar,
tardo para airarse”. Lograrás una
actitud calmada. Además, la Biblia dice que debemos:
• Orar. Y pedir al Señor
que guarde la boca, y de las palabras adecuadas al hablar (Lc.12.12). También, debes pedir
discernimiento en cuanto a la raíz del problema, incluyendo la posibilidad
de que la falta puede haber sido tuya.
• Trata de ver con
la perspectiva divina. El soberano Dios hace que todas las situaciones obren a
favor del creyente (Rom.8.28). Él no solo
utiliza las dificultades para enseñarte, sino que también te permite demostrar
la vida de Cristo en ti, por la manera cómo respondes.
• Perdona. Aunque otra
persona te haya herido, debes perdonar. Jesús murió para perdonar todos tus
pecados, y tú, por tu parte, debes perdonar a los demás. De hecho, si no lo haces, tu vida se verá agobiada
por el resentimiento.
• Responde con cariño. Si has hecho algo
que no está bien, debes pedir perdón. Pero si
la culpa no es tuya, puedes aun así manifestar aprecio a la otra persona y
decirle que darás atención cuidadosa a tus comentarios.
¿Cómo respondes a
los conflictos? Pide a Dios que te de la entereza para mantener la calma y
hacer lo correcto.
Que Dios te enseñe a perdonar. Mas
gozo hay en dar que en recibir; y esto se aplica también al perdón.
Dios te bendiga!
(Referencia: TPSH
28.3.14 / En ContactoOrg)
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