22.05.19
Romanos 12.4-9 “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un
cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes
dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la
medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el
que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación;
el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace
misericordia, con alegría. El amor sea sin fingimiento.
Aborreced lo malo, seguid lo bueno“.
Una de las muchas excusas que usan las personas para evadir el
ministerio y el servicio a Dios es: “No me
siento preparado para servir en la obra de Dios”. Huir a tu llamamiento es desobediencia
a la voluntad de Dios.
Jesucristo conoce ese instinto de sentirte incompetente. Por eso te
aseguró la ayuda del Espíritu Santo,
que vendría a morar en ti (Juan 14.16).
El Espíritu Santo te capacita y prepara para servir al Señor. Una de
las formas en que te ayuda es concediéndote
los dones espirituales, o capacidades especiales para que puedas cumplir tu
encomienda.
El Padre celestial tiene ministerios, o áreas de servicios, para
cada uno de sus hijos. Su voluntad es que los aceptes junto
a los de otros creyentes, ya que juntos forman el Cuerpo de Cristo.
El Señor tiene un plan para ti, como creyente. En el
momento en que eres salvo (recibes a Jesucristo como tu Señor y Salvador), Dios
te añade un don espiritual, con el cual se abrirán muchas puertas… No desperdicies el don que Dios te ha
regalado. Ejecútalo!
Muy feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
EnContactoOrg)
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