Malaquías 3.10-12 “Traigan todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y pruébenme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé al devorador, y no les destruirá el fruto de la tierra, ni su vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones les dirán bienaventurados; porque serán tierra deseable…”.
Qué lucha tan
grande cuando hay oposición entre lo que la mente sabe, lo que se acostumbra a
hacer y la verdad.
Uno de los aspectos de mayor batalla en los cristianos es el de las
finanzas personales. Si sabes lo que dice la Biblia sobre dinero ¿optas por
la verdad o dejas que los sentimientos dicten tus acciones?
Los creyentes encuentran muy fácil darle a Dios $10 pesos de $100. Ahora bien,
cuando son $100 de $1,000, o $1,000 de $10,000…hay resistencia. Nunca
esperes que el Señor bendiga tus finanzas si no apoyas su obra.
La Biblia habla de
diezmar, o entregar –para la obra de Dios- la décima parte de tus entradas, o
el 10% de lo que produces, no de lo que te quede al final.
El diezmo para Dios va al alfolí de la iglesia en la que te congregas. El
cual será transferido para la obra del Señor. Imagínate cuántos ministerios y programas
de evangelización cesarían de no tener fondos para sustentarlos. Llevar el
evangelio no es solo una responsabilidad espiritual, sino también financiera.
Cuando te niegas a dar la parte que corresponde a la obra de Dios, estás
bloqueando el flujo de bendiciones de Dios para ti. ¿Es que no confías en Su
provisión? Te recuerdo que: ¡Él es fiel, y Su Palabra SIEMPRE es verdadera!
¡Feliz sábado,
y que Dios te bendiga!
Wilda M.V.
(Referencia: EnContactoOrg. 29.12.15)
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