Hebreos
5.11-14 "Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil
de explicar, por cuanto se han hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya
maestros, después de tanto tiempo, tienen necesidad de que les vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y han llegado a ser
tales que tienen necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por
el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del
mal".
En
un mundo lleno de interminables fuentes de opiniones e información, los
creyentes necesitamos desarrollar un espíritu capaz de discernir. Si no, ¿cómo
sabremos lo que es verdadero? Mucho de lo que vemos y escuchamos está
basado en una perspectiva mundana influenciada por Satanás, el padre de
mentira. El engaño se encuentra hasta en esferas
religiosas; algunas iglesias mezclan
mentiras con cierta cantidad de verdades para lograr que las personas las
consideren instituciones cristianas genuinas.
La
única manera que tenemos de protegernos del engaño es afincándonos en la
Palabra de Dios. Cuanto más tiempo pasemos llenando nuestra mente con
los pensamientos de Dios, mejor será nuestra capacidad para discernir. Sin
embargo, el simple conocimiento de la verdad bíblica no es suficiente.
Debemos poner en práctica lo que aprendamos para que se convierta en más que
conocimiento intelectual.
El
propósito es dejar que la Palabra de Dios se vuelva parte integral de
nuestro pensamiento, de modo que ella guíe nuestras decisiones.
Además, el Espíritu Santo ha sido dado a cada creyente como Ayudador, cuya
tarea es guiarle a toda verdad (Juan 14.26; Juan 16.13). No obstante, usted
tiene la responsabilidad de poner la Palabra de Dios en su mente para que Él
pueda hacer que la recuerde. Si usted descuida la Palabra, le faltará
discernimiento.
¿Qué está dejando entrar en su mente? A menos que esté alerta, el pensamiento mundano
dominará al discernimiento espiritual. ¿Es la
Biblia una prioridad para ti? Es difícil mantener la perspectiva
divina si pasa más tiempo frente a lo que el mundo te ofrece que estudiando la
Biblia.
(De
Encontacto.org)
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