Meditación 21.06.16
Isaías 14.27 "Porque Jehová de
los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida,
¿quién la hará retroceder?".
Puede parecerle extraño, pero a mí me emocionan
ciertos períodos de frustración. Cuando siento cierto desasosiego seguido de
insatisfacción, cuya causa no puedo identificar, sé que Dios quiere captar mi
atención. Experiencias del pasado nos dicen que una
vez que hagamos lo que Él desea, nuestra frustración cesará y podremos estar en
armonía con su plan, para nuestras vidas.
La frustración es
considerada sentimiento negativo. Sin embargo, cuando Dios nos inquieta,
su propósito siempre es bueno. A veces, Él utiliza
nuestra sensación de insatisfacción, así como nuestros obstáculos espirituales
y físicos, para darnos nuevas percepciones. Por ejemplo, cuando yo
estudiaba en el seminario, desperté un domingo por la mañana sintiéndome muy
inquieto; no podía hacer nada ni relajarme, y no sabía el porqué. Entonces me
puse a orar y le pedí al Señor que me revelara su voluntad. Pasé la mayor parte
del día de rodillas, y pronto descubrí que los planes que yo había hecho para
pastorear por un tiempo una iglesia en California no eran sus planes.
Si hubiera ignorado ese sentimiento, me habría perdido del llamamiento por
parte de la iglesia que Dios tenía para mí.
Tan pronto como expresemos nuestra disposición a
enfrentar cualquier cosa que el Señor nos traiga a la mente, Él comenzará a
revelarnos lo que necesitamos hacer. (De Encontacto.org)
Amen! Así es! A veces Dios capta nuestra atención de diversas formas, y nosotros cuando tengamos esa sensación de frustación debemos de hacer un stop y preguntar a Dios: ¿Qué quiere Señor de mi?, Habla que tu siervo/a Escucha!
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