Meditación 03.05
Salmos 34 es la lectura para este hermoso día. Te invito a que lo leas en tu
Biblia. Entre algunas cosas dice: Bendeciré a Jehová en todo tiempo.
Su alabanza debe estar siempre en tu boca. Si le buscamos nos oirá.
Seremos alumbrados, y no avergonzados. Su angel acampa alrededor de los
que le temen, y los defiende. Nada falta a los que le temen. Sus ojos están
sobre los justos. Les libra de toda angustia. Él está cercano a los
quebrantados de corazón. Guarda todos sus huesos. Redime el alma de sus
siervos, y no condenará a los que en él confían…
Muchas emociones negativas acompañan las
dificultades: frustración, desesperación, temores y dudas. Las personas
dominadas por esos sentimientos suelen tomar malas decisiones. Es por eso que
recomiendo que elijamos enfrentar los momentos de dificultad de la misma
manera que lo hizo el pueblo de Israel: con alabanza. Aun en las horas más
oscuras, adorar a Dios llena de gozo el corazón, y de paz la mente.
Un creyente lleno de esa manera puede mantener su promesa de obedecer al Señor,
pase lo que pase.
Adorar al Señor ensancha nuestra visión. Al hacerlo, comenzamos a ver su actividad en el mundo de maneras
nuevas. Más concretamente, vemos lo que Dios está haciendo en nuestra
situación, y notamos las áreas donde Él exige nuestra obediencia.
Nuestra tendencia humana es buscar siempre la solución más fácil, pero al
conformarnos con ello dejamos de crecer espiritualmente; perdemos
bendiciones por no seguir el plan del Señor.
Hacer una pausa para alabar al Señor puede
apartar nuestra mente del camino fácil, y dirigirnos al camino correcto; es
decir, al camino de la voluntad de Dios. Dar un paso adelante por fe puede ser
aterrador, pero los creyentes podemos arriesgar confiadamente nuestro futuro a
la fidelidad del Señor. ¡Él nunca ha defraudado
a nadie!
Es difícil desesperarnos mientras alabamos al
Señor por su amor y su poder. Podemos disipar las dudas recordando su
fidelidad en el pasado y aliviar nuestra frustración encomendando en sus manos
nuestros planes para el futuro. La alabanza no
es la reacción obvia a las dificultades, sino la respuesta más acertada.
(De Encontacto.org)
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