lunes, 30 de mayo de 2016

"Llamada para un propósito divino"

Meditación 30.05

Ester 2.1-8, 17 "Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella. Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer; y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos; y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti. Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así. Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín; el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia. Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya. Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres.  Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti".

La historia de Ester está llena de romance, aventura y peligro. Su vida se transformó cuando se convirtió en la reina de Persia. Vemos actuando claramente la mano soberana de Dios cuando la llamó a tener un rol importante en su plan para los judíos. Pero, ¿puede usted imaginarse lo preocupada, confundida e insegura que debió de sentirse Ester a medida que se revelaban los detalles?

Nosotros podemos sentir lo mismo al vivir cada día sin conocer el futuro. A veces, es más fácil ver el llamamiento de Dios a otra persona, en vez del nuestro. Los planes y propósitos de Él se están llevando a cabo de manera perfecta, pero desde una perspectiva terrenal los hechos pueden parecer caóticos y desconcertantes.

La historia de Ester es un incentivo para confiar en la voluntad de Dios y en los propósitos que Él tiene para nuestra vida. Todo creyente en Cristo tiene un llamamiento del Señor. Él no nos salva para que después nos defendamos solos, sino que guía todo el tiempo a cada uno de sus hijos en la tarea que ha dispuesto para ellos.

El llamamiento de Dios incluye no sólo lo que hacemos, sino también lo que somos. Cada experiencia en la vida es una herramienta que el Señor usa para moldearnos y prepararnos para que lleguemos a ser las personas que Él quiere que seamos en cuanto a carácter y conducta.

Comience a buscar la mano de Dios en su vida. Él está desarrollando su plan, a veces de forma suave y silenciosa, y otras veces con interrupciones ruidosas. Pero Él está siempre allí, dirigiendo y moviéndose. Nunca piense que usted es insignificante a sus ojos. Usted es tan apreciado, que el Dios Todopoderoso le ha creado una tarea especial. (De Encontacto.org)

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