Meditación 18.6
1 Pedro 3.13-16 “¿Y
quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas
también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados
sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre
preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que
os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo
buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores,
sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.”
Ayer hablamos sobre la divinidad de Jesús, y de quienes la
reconocieron mientras estuvo en la Tierra. Aunque hablar de nuestra fe con
los demás es importante, hacerlo no siempre es fácil. Algunas personas
afirman que lo que creen no es importante. De hecho, algunos hasta niegan la
existencia de Dios. Pero nuestras convicciones son importantes, pues son la
base de nuestro carácter, conducta y decisiones.
Por ejemplo, una persona que llega a la conclusión de que
ni Dios ni la eternidad existen, vivirá para el momento. En
cambio, alguien que tiene fe en el Señor y cree en su promesa del cielo, tendrá
un estilo de vida y un propósito totalmente diferentes.
Lo que creemos es esencial...nuestra salvación depende de ello.
En Juan 8.24, Jesús hizo una profunda declaración en cuanto a este tema: “Si
no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”.
La Biblia es clara: Todos
hemos pecado, y por naturaleza estamos separados de Dios (Romanos 3.23).
El castigo por el pecado es la muerte, que es la separación eterna de Dios.
Pero el Padre, por su amor y su misericordia, envió a su Hijo para morir en
nuestro lugar.
Toda persona que cree en
Jesús (y le da potestad como su Señor), es
perdonada y recibe el regalo de la salvación.
Hablar a otros de Jesús no exige palabras
altisonantes o citas bíblicas largas. Simplemente, esté listo con una respuesta
si alguien le pregunta acerca de la esperanza que hay en usted ( 1 Pedro 3.15).
(De Encontacto.org)
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