Lectura bíblica en Hebreos
13.1-5 “Permanezca el amor fraternal. No os
olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron
ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais presos
juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos
estáis en el cuerpo. Honroso sea en todos el matrimonio, y el
lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. Sean
vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él
dijo: No te desampararé, ni te dejaré.”
Dios nos creó para tener compañerismo con Él y de unos con
otros. Él no desea que vivamos solos. Es por eso que su Palabra contiene
promesas de su presencia constante, así como instrucciones para evitar la
soledad entre miembros de la iglesia.
El Señor hizo hincapié en su presencia incesante, porque Él
conoce nuestra necesidad de seguridad, especialmente cuando nos sentimos
abandonados o aislados. Esta reconfortante promesa fue hecha a Josué, a los
israelitas, y a los discípulos que estaban a punto de presenciar la ascensión
de Jesús (Josué 1.5; Mateo 28.20).
Algunos santos de la Biblia recogieron el tema en sus escritos, también. David
buscaba a menudo la consolación de Dios (Salmos 25.16).
Y Pablo predicó que nada podía compararse con tener a Cristo (Filipenses 3.8).
Dios quiere que cada creyente confíe en que Él está absolutamente cerca.
La iglesia está concebida para satisfacer nuestra necesidad
de conectarnos con otras personas. Un cuerpo espiritual funciona de manera
parecida a un cuerpo humano —sus partes son independientes, pero a la vez
dependientes, y cada una necesita de las demás para poder funcionar bien.
Necesitamos el apoyo de nuestros hermanos en Cristo. Sabiendo esto, Pablo
amonestó a los creyentes a aceptarse unos a otros (Romanos 15.7),
a sobrellevar las cargas de los otros (Gálatas 6.2),
y a no juzgar (Romanos 14.13).
La soledad puede paralizar a una persona emocional y
espiritualmente. Los seres humanos no fuimos creados para andar por este mundo
solos. Estamos hechos para las relaciones, las cuales Dios facilita
gozosamente. Y para que no olvidemos que el Señor está cerca, Él ha dado en la
Biblia esta afirmación constante: te
amo y estoy contigo para siempre.
(De Encontacto.org)
No hay comentarios:
Publicar un comentario