miércoles, 9 de julio de 2014

“El Significado de la Cruz”

Meditación Bíblica 9.7.2014
Mateo 16:21-27 (Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.)

El plan redentor de Dios está presente en toda Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. En el centro del plan está el Calvario, el lugar donde murió Jesús para que nosotros pudiéramos ser perdonados.
Al leer las Escrituras, vemos que la cruz es símbolo de...

Salvación. Jesús llevó nuestros pecados en la cruz y murió en nuestro lugar para que pudiéramos ser reconciliados con el Padre y recibir la vida eterna.

Sacrificio. Cristo, “siendo por naturaleza Dios” (Filipenses 2.6), decidió renunciar a la perfección del cielo para vivir entre pecadores. Al dejar de lado su autoridad divina, nació como un bebé indefenso, totalmente dependiente de otros. Sus primeros treinta años los pasó en el anonimato, sin el reconocimiento de su mesianismo. Durante su ministerio público cumplió fielmente el plan de Dios desde el comienzo y hasta su muerte en la cruz.

Servicio. Jesús dijo que “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10.45). El mayor acto de servicio de Cristo fue morir en la cruz para que pudiéramos tener vida eterna. Nuestro Salvador nos llama a negarnos a nosotros mismos, y a seguirlo mediante el servicio a los demás (Lucas 9.23).

En nuestra generación, el éxito se mide según los logros. Admiramos a quienes tienen éxito en los deportes, los negocios y las artes. Sin embargo, la grandeza en el reino de Dios se encuentra en una vida de obediencia. ¿Está usted obedeciendo su plan y ayudando a otros como lo hizo Jesús? ¿Ha compartido las buenas nuevas de Cristo con ellos? (De encontacto.org)

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