martes, 1 de julio de 2014

“Dios y los Períodos de Espera”

Génesis 16:1-6  (Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de 10 años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.)
¿Le ha dado Dios una visión que hasta ahora no se ha cumplido? ¿Le ha asignado una tarea que está sin terminar, aunque usted ha hecho todo lo que sabía que debía hacer?

Los períodos de espera han sido creados por Dios con propósitos específicos. A veces, son para prepararnos para su respuesta. Él puede estar esperando para cumplir su plan, pues es posible que haya algo en nosotros de lo que necesite ocuparse ¬—quizás de algunas asperezas que deban ser suavizadas o una relación que deba ser restaurada. También puede estar sometiendo a prueba nuestra fe al sondear su profundidad y ensanchar sus límites para demostrarnos su fidelidad. O puede estar usando un período de sequía espiritual para corregirnos: Dios no premiará al creyente que esté viviendo en rebeldía.

Oswald Chambers nos aconseja esperar en el Señor mientras nos prepara para sus respuestas. Es imperativo que oremos y confiemos en Dios durante esos períodos, y esperemos a estar seguros de conocer su voluntad. De hecho, puede ser peligroso escuchar a otros en vez del Señor. Incluso personas con buenas intenciones pueden estar equivocadas; vemos la mala decisión que tomó Abram después de seguir el consejo de su esposa. El resultado fue que la sierva de Sarai, Agar, concibió un hijo de Abram, que ciertamente no era parte del plan del Señor.

Cualquier cosa que no sea el plan de Dios, y que no se haga en el tiempo de Él, equivale a poner la confianza en uno mismo. Dependa del Espíritu Santo cuando tenga que tomar una decisión; cualquiera otra forma de proceder puede tener repercusiones graves y permanentes. (De Encontacto.org)

Lectura antes de iniciar las labores: Salmos 121
1. Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
2. Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
3. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.
4. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.
5. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
7. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.
8. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.

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