lunes, 31 de marzo de 2014

“Un Momento Extraño Para Sentir Temor”

MEDITACION DIARIA 31.3.14

Lectura bíblica en 1 Reyes 19:1-4 (Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. )

Normalmente, pensamos en el temor en términos de fracaso. Tendemos a atemorizarnos cuando sufrimos alguna calamidad o sentimos que hemos sido juzgados injustamente.

Pero en 1 Reyes 18 encontramos una situación totalmente diferente; allí vemos que Elías experimentó uno de los triunfos más espectaculares que hay en toda la Biblia. Armado solamente con su fe inquebrantable en el Señor, se enfrentó a 850 sacerdotes de los dioses falsos del país. Dios se movió con poder, destruyendo a los idólatras y trayendo gloria a su nombre en todo Israel.

Pero, inmediatamente después de este enfrentamiento, cuando la euforia de su fe debería haber estado en su punto más alto, Elías tuvo miedo. En 1 Reyes 19, el profeta se entera de que la siniestra reina Jezabel había pedido su cabeza. Olvidando, al parecer, la poderosa victoria de Dios de unos momentos antes, Elías huyó.

La historia de Elías nos recuerda que nuestros fracasos no deben representar el mayor peligro para el crecimiento espiritual; el potencial para el fracaso puede estar oculto, en realidad, dentro de nuestros éxitos. Cuando nuestra confianza está en su punto más alto, eso es lo que a menudo nos lleva a quitar nuestra mirada del Dador del poder, para dirigirla a nosotros mismos.

No nos engañemos, el Señor puede trabajar en, alrededor, o por medio de nosotros para llevar a cabo su propósito, pero la victoria siempre le pertenecerá a Él. ¿Lo ha deslumbrado el éxito? Vuelva de nuevo su mirada al Señor. Toda la alabanza y la gloria son de Él. Usted no tiene por qué tener temor. (De Encontacto.org)

Quiero agregar a esta meditación, lo que nos dice Salmos 27.1-3: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.  Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado”

Dios te bendiga!

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