MEDITACION DIARIA -20 de
enero de 2014
Éxodo 20:1-6 (Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios,
que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses
ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que
esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra. No te
inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso,
que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan
mis mandamientos.)
¿Ha
notado usted que ahora la palabra “ídolo” ha sido disociada totalmente de la
palabra “idolatría”? En la iglesia, nos disgustamos ante la mención de la
idolatría, ya que nos trae a la mente imágenes de becerros de oro y de otras
cosas que adoraban los paganos. Sabemos que estas cosas son malas, porque
nuestra adoración debe estar dirigida solamente a Dios. ¿Pero sentimos lo mismo
en cuanto a los “ídolos”?
La
cultura de hoy se deleita con sus ídolos. Tenemos estrellas de la música,
reinas de belleza, íconos de la cultura pop y héroes de los deportes, y todos
luchan por captar nuestro interés. A cambio de su ardua labor, les damos
justamente lo que quieren: nuestra atención.
Nos
sentamos durante horas frente al televisor, seguimos las noticias de las celebridades
y leemos, vemos o escuchamos cualquier cosa que tenga que ver con lo que nos
gusta.
Es necesario que se nos recuerde que un ídolo es
cualquier cosa que tenga más valor para nosotros que el Señor. Esto pudieran ser las
estrellas de cine, nuestras pertenencias, o incluso
nuestros seres queridos.
La naturaleza de la idolatría es su táctica de
distracción. Cuando algo aleja nuestra mirada de Dios, nuestra vida
comienza a volverse un caos. Traiga sus
distracciones al Señor, pídale perdón por las veces que permitió que otras
personas o cosas fueran más importantes para usted que Él en su
vida. Y pídale
que le dé sabiduría para disfrutar sus bendiciones, sin ser cegado
por las tentaciones que le alejan de su comunión con Él. (En Contacto.org)
¿Será esta meditación oportuna para meditar si hay
algún ídolo en tu vida, que te aparta de Dios?
Hoy es un buen día para decirle al Señor: No
permitas que yo ponga mi confianza en algo o alguien que no sea en ti. Ayúdame
a que cada vez que alguien me quiera desviar, yo tenga la suficiente sabiduría
para recordar lo que tú me dices en tus palabras: No
tendrás dioses ajenos delante de mí. Que yo solo tenga conciencia plena para alabarte
y reconocerte a ti, como el único poderoso. Quiero además, que me des la fuerza
necesaria para entregarte a Ti mi alma, mi mente, todo lo que tengo, y todo lo
que soy. También te pido Señor, que escribas mi nombre en el libro de la vida,
y que no lo borres jamás. En el nombre de Jesús, Amén
Dios bendiga tu
vida con Su palabra, las grabe en tu corazón, y te ayude a ponerlas por obra!
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