Efesios 4:30-32 (Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. )
Todos hemos sido heridos en algún momento u otro, y
el ofensor puede haber sido alguien que amamos. A menudo tratamos de disimular
el dolor con comentarios como: “Está bien”, o “No te preocupes por eso”. Sin
embargo, pareciera que no podemos vernos libres de ese penetrante aguijón. ¿Por
qué no somos capaces de olvidar?
Por el simple orgullo, y como resultado, la ofensa
se convierte en mucho más de lo que deberíamos permitir. Se convierte en una
cuestión de tipo personal, en vez de un error involuntario o de insensibilidad
momentánea.
Otro factor por el que no perdonamos, es por la
amargura. Nos volvemos resentidos cuando nos negamos a enfrentar nuestros
sentimientos heridos, y dejamos que el asunto se vuelva una úlcera en nuestro
corazón. Un sentimiento creciente de irritación se extiende por nuestro
espíritu como una infección.
Se ha dicho que la amargura es como un veneno que
uno prepara para otra persona, y luego se lo bebe uno mismo. Mientras la
amargura destruye silenciosamente nuestra vida, la persona que nos hirió puede
permanecer completamente ignorante de nuestros sentimientos. A veces, nuestra lucha implica un
malentendido en cuanto al perdón. O, podemos quedarnos sentados esperando una
disculpa que nunca llega.
Si usted ha sido herido, desde hace tiempo o recientemente,
pídale dirección a Dios. Es conveniente acercarse al ofensor y decirle:
“Hiciste esto, y eso me hirió. Pero te perdono, y me niego a dejar que esto
destruya nuestra relación”. De
Encontacto.org
Así también dice en Colosenses 3:13: "Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros."
Dios te bendiga y te ayude a sacar todo odio, amargura y/o rencor como consecuencia de la falta de perdón.
Wilda
Así también dice en Colosenses 3:13: "Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros."
Dios te bendiga y te ayude a sacar todo odio, amargura y/o rencor como consecuencia de la falta de perdón.
Wilda
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