Proverbios 8.13 (El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.)
Las personas se sienten comúnmente confundidas cuando se habla de temer a Dios. La Biblia nos exhorta a temer al Señor (2 Timoteo 1.7), pero al mismo tiempo se nos dice que Dios no nos ha dado un espíritu de temor. Entonces, ¿cómo debemos entender esta frase?
Temer a Dios no significa estar mirando de reojo ansiosamente para saber lo que Él estará por hacer. El temor del Señor es algo positivo y saludable que está definido claramente en varios pasajes de la Biblia. El versículo de hoy es particularmente útil: “El temor de Jehová es aborrecer el mal”.
A muchas personas les incomoda la idea de aborrecer algo. Pero Dios dice que tenemos que aborrecer el mal porque Él lo aborrece en todas sus formas por una sencilla razón: el Señor ve la influencia destructiva que ejerce el mal sobre nosotros. A menudo, no somos capaces de ver ninguna corrupción en absoluto. De hecho, a veces vemos el mal y pensamos que, en realidad, no es tan malo.
El trabajo de Satanás es disfrazar lo malo para hacerlo aparecer totalmente inocente o incluso atractivo. En realidad, el enemigo tiene tanto éxito en su engaño, que muchas veces caemos en sus trampas sin ningún remordimiento. Es por eso que tenemos que aprender a ver las cosas del modo en que las ve el Señor.
Necesitamos cultivar un odio santo contra el mal, para que lo esquivemos y rechacemos siempre. Cuando vemos el pecado como lo ve el Señor, el diablo se ve obstaculizado en sus esfuerzos por seducirnos. Aunque puede que no sea una postura popular, podemos elegir amar al Señor y aborrecer el mal. (De Encontacto.org)
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Comentario
Aborrecer el mal, tan solo nos beneficia a nosotros, ya que endereza nuestros pasos en esta vida. El temor a Dios o no es miedo, es respeto y obediencia.
Andar por los caminos de lo que, muchas veces entendemos como bueno, tan solo nos llevará a camino de dolor, tristeza y hasta de perdición. Veamos las cosas como Dios quiere… detengámonos a leer Su Palabra (la Biblia)… en ella hay sabiduría y la dirección exacta a seguir.
Es preciso interpretar correctamente la palabra pecado, que no es más que alejarnos de la voluntad de Dios. Y pecados, las consecuencias de ese alejamiento.
Dios te bendiga y te ayude a entender la gran diferencia entre lo que es agradable a Él y lo que no.
Wilda
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