viernes, 17 de enero de 2014

“La Oración Contestada”

Mateo 7:7-11   (Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? )
Nuestro Padre celestial nos manda a orar siempre (1 Tesalonicenses 5.17). Y promete que si pedimos, recibiremos (Lucas 11.9). Sin embargo, ¿cuántas veces la respuesta a nuestras peticiones ha sido el silencio?

El Señor no nos diría que oremos si no va a responder nuestras oraciones. De hecho, Él dice que cualquier padre que ama a sus hijos les da lo que necesitan y lo que es bueno (vv. 11-13). Y Él, como nuestro Padre celestial, nos dará mucho más. Pero si queremos que Dios nos responda, tenemos que cumplir con tres condiciones importantes.

Primero, debemos tener una relación correcta con Jesucristo, poniendo nuestra fe en Él como Salvador. Pero algunas personas eligen vivir haciendo cosas malas aun después de la salvación. La Biblia dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado” (Salmos 66.18). Esto no significa que nunca podemos cometer un error —Dios entiende nuestra fragilidad. Pero sí que debemos arrepentirnos de todo pecado conocido, y evitar seguir en él.

Segundo, debemos pedir lo que es correcto. La Sagrada Escritura nos recuerda que debemos pedir conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5.14). Eso significa que podemos expresarle nuestras esperanzas y deseos, pero sometiéndonos a lo que Él considere mejor. Con el tiempo, nuestros anhelos pueden perder su atractivo o poner a prueba lo que hay en nuestro espíritu.

Tercero, debemos orar por cosas específicas y con confianza. Cuando hacemos peticiones que armonizan con la voluntad de Dios, podemos tener la seguridad de que Él responderá. (De Encontacto.org)

¿Te gustaría que tus oraciones sean contestadas?

Hoy es un buen día para decir, con todo tu corazón: Señor, ayúdame a que cada vez que te haga alguna petición, no sea según lo que yo entiendo que necesito, sino según tu voluntad. Enséñame a esperar confiadamente en ti y mientras recibo tu respuesta, pueda seguir alabándote y obedeciéndote. Quiero además, que me des la fuerza necesaria para entregarte a Ti mi alma, mi mente, todo lo que tengo, y todo lo que soy. También te pido Señor, que escribas mi nombre en el libro de la vida, y que no lo borres jamás. Ayúdame a reconocer que venir delante de tu presencia, para cualquier petición o necesidad que tenga, es la mejor opción que tengo. En el nombre de Jesús, Amén.

Dios bendiga sus vidas con Su palabra, las grabe en sus corazones, y les ayude a ponerlas por obra!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CÓMO CORRER CORRECTAMENTE

25.04.24 Hebreos 12.1-2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro, tan grande nube de testigos, despojémonos de todo pes...